Siri, Cortana y Alexa, diseñados para simplificar enormemente nuestras vidas; precargados con comandos básicos y, sí, aveces se confunden si modificamos un poco nuestro lenguaje.
Para una máquina, el lenguaje natural con sus modismos y regionalismos es una tarea realmente complicada que requiere de mucha retroalimentación por parte de los usuarios.
Es admirable el trabajo de empresas como Google y Alibaba quienes han sido capaces de desarrollar inteligencias artificiales autónomas que aprenden lenguaje natural sin necesidad de la interacción con los usuarios. Algo que, a la larga, permitirá que nos comuniquemos de forma orgánica con cualquier dispositivo como si de una persona se tratara.
Los asistentes utilizan la computación cognitiva que es la simulación de procesos de pensamiento humano en un modelo computarizado. La computación cognitiva, o cómputo cognitivo, implica sistemas de autoaprendizaje que utilizan la minería de datos, el reconocimiento de patrones y el procesamiento del lenguaje natural para imitar el funcionamiento del cerebro humano. El objetivo de la computación cognitiva es crear sistemas informáticos automatizados que sean capaces de resolver problemas sin necesidad de asistencia humana.
Los sistemas computacionales cognitivos usan algoritmos de aprendizaje automático. Dichos sistemas adquieren continuamente conocimientos a partir de los datos alimentados en ellos mediante la minería de datos para obtener información. Los sistemas refinan la forma en que buscan patrones, así como la forma en que procesan los datos para que sean capaces de anticipar nuevos problemas y modelar posibles soluciones.
La computación cognitiva se utiliza en numerosas aplicaciones de inteligencia artificial (IA), incluyendo sistemas expertos, programación en lenguaje natural, redes neuronales, robótica y realidad virtual. El término computación cognitiva está estrechamente asociado con el sistema cognitivo de IBM, Watson.