El intenso desarrollo científico-tecnológico y la creciente digitalización de toda actividad humana, han venido a fusionar los mundos físico, digital y biológico, las actividades industriales y comerciales, son la viva expresión de ésta dinámica, sin embargo la desigualdad y la pobreza, no solo, no dan señas de disminuirse, sino por el contrario se profundizan, a consecuencia de los conflictos bélicos, que parecen no tener fin.
Para algunos la robótica junto a la Inteligencia Artificial (AI) se desarrollarán de tal forma que sean incluso más inteligentes que los humanos, a grado tal que los robots atenderían sus necesidades emocionales, la economía sería manejada por humanos con implantes cerebrales (mulhall 2002) para incrementar su capacidad de pensar y hacer.
Científicos pronostican que para el año 2050, la robótica llegará a la 5ª generación dando paso a la singularidad tecnológica (Raymond Kurzweil 2001) la era de la súper inteligencia, impulsando a la humanidad hacia el llamada “transhumanismo” que se fundamenta en la creación y aplicación de nuevas ciencias y una gran diversidad de tecnologías, que corregirán las enfermedades, o sea vivir sin deterioros fisiológicos y cognitivos.
¿Ciencia ficción o probabilidad? La incertidumbre cual reina del futuro, sonríe, porque dadas la muestras de la violencia, la criminalidad y la corrupción en sus múltiples formas, también hacen ver la posibilidad de una sociedad distópica, donde la desigualdad y las discriminaciones de todo tipo, florecerían en paralelo a la violencia sin límites ni fronteras.
Los primeros antecedentes de la robótica datan de mediados del siglo XVIII cuando J. de Vaucanson construyó varias muñecas mecánicas que tocaban piezas musicales, en 1801 J. Jaquard inventó una máquina telar programable. En 1939 Joseph Barnett de Westinghouse Electric Corporation, creó el robot humanoide Elektro, que podía caminar y hablar 700 palabras, también creó un perro robot, llamado sparky que podía ladrar y sentarse.
En 1949 la empresa Planet Corporation creó un robot para la Ford Motors Company; George Devol en 1961 construyó el robot industrial “Unimate”; fue en 1970 que el Instituto de Investigación de la Universidad de Stanford creó el robot llamado Shakey, controlado por Inteligencia Artificial; ya para el 2000 Honda desarrolla el robot Asimo con capacidad de moverse e interactuar con humanos.
Según el informe del World Robotics 2020, existen más de 2.7 millones de robots operando en el mundo, la tendencia es creciente sobre todo en naciones asiáticas, destacando China y sobre todo Japón, a pesar de la desaceleración pandémica, Milton Guerry, presidente de la Federación de Robótica, expresó que la producción inteligente y la automatización se incrementaron en un 85% en 5 años.
Hay robots de todo tipo, por ejemplo el robot llamado Cyberone desarrollado por Xiaomi Robotics Lab, por los algoritmos tiene capacidad de detectar emociones humanas, una visión avanzada y puede crear reconstrucciones virtuales tridimensionales de su entorno.
Además de los robots industriales y los humanoides, están los asistentes como Misty de Samsonite, acompañante y recepcionista, el de Amazon llamado Astro para monitorear el hogar, Amazon se ha seguido por esta línea de vigilancia puesto que también tiene un dron para la seguridad del hogar. También hay robots asesinos, que cada vez se producen más, como drones, armas y bombas con capacidad para fijar objetivos y eliminarlos de manera autónoma, basándose en algoritmos.
El proceso de globalización ha sido el marco que ha facilitado pasar de la maquina-herramienta a la hiperautomatización-robótica autoregulada, pero la desigualdad, la discriminación y la precarizacion del trabajo continua, el arribo a la era de la hiperinteligencia tecnológica tiende agudizar las desigualdades o ¿será diferente? ¿de quien depende?
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