No es nuevo para nadie reconocer las dinámicas transformadoras que han marcado los últimos años, desde crisis financieras hasta pandemias globales, mismas que han dejado una huella profunda en los sistemas económicos, presentando desafíos significativos y oportunidades cruciales; ante ello, México, inmerso en su propia narrativa de retos y posibilidades, se ve influido por las conexiones globales que delinean su desarrollo económico y polític, desde las decisiones políticas que definirán la gobernanza, hasta los factores económicos que impulsarán o desafiarán el crecimiento en el horizonte económico y político.
El panorama económico de México para el año 2024 presenta contrastes notables. A pesar de un aumento significativo de la inversión, especialmente en el Norte y el Bajío del país debido al fenómeno del nearshoring, se enfrenta a desafíos como políticas públicas desfavorables, la falta de un Estado de derecho sólido y la persistente inseguridad. Se proyecta un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3.2%, impulsado por el desempeño de la economía estadounidense, pero persisten preocupaciones en cuanto a inflación, desempleo y presiones en la política monetaria.
En el ámbito laboral, el dinamismo en la construcción podría generar un desempleo del 3.0%, mientras que un aumento del 20% en el salario mínimo podría impulsar un incremento del 2.5% en los salarios reales. Sin embargo, los desafíos fiscales y la incertidumbre electoral podrían impactar en la política monetaria, con la posibilidad de una disminución en las tasas de interés hacia el tercer trimestre; por otro lado, la balanza comercial proyecta un volumen histórico de alrededor de 1.2 billones de dólares, pero se espera un déficit en las exportaciones manufactureras y en la cuenta corriente del 9.9% del PIB. Finalmente, la inversión extranjera directa podría superar los 35 mil millones de dólares, pero la inversión extranjera de portafolio podría contraerse temporalmente debido a la incertidumbre electoral, generando presiones en el tipo de cambio.
A nivel mundial, se anticipa una ligera desaceleración con un crecimiento global del 2.7% anual; en Estados Unidos, se pronostica un crecimiento del 2.2% anual, con una posible recesión en 2025 debido a ajustes fiscales necesarios, además, se espera que la FED mantenga la tasa de referencia sin cambios. En la Zona Euro, se prevé una situación cuasi recesiva con un crecimiento del 1.0% anual, mientras que China experimentará una desaceleración del 4.7% anual debido a problemas en el sector inmobiliario y restricciones comerciales con Estados Unidos. Japón tendrá un crecimiento moderado del 1.6% anual, influenciado por la menor actividad económica en la región. India sufrirá una ligera desaceleración con un crecimiento del 4.9% anual, y en Latinoamérica se anticipa un crecimiento del 1.5%, con posibles aceleraciones en la economía argentina y desaceleraciones en Brasil.
Autor: BMHO-20240121
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