Cada año, la demanda energética crece debido al aumento de la población y a la digitalización de la sociedad. Asimismo, esto aumenta el consumo de recursos naturales, las emisiones de gases y la generación de residuos. Todo ello, causa un impacto en el medioambiente que se traduce en la degradación de la capa de ozono, el cambio climático y la degradación de la biodiversidad.
Sin embargo, dependiendo del tipo de energía primaria utilizada, podemos clasificar las fuentes de electricidad en dos grandes grupos: las fuentes de energía renovables y las fuentes no renovables.
En definitiva, la demanda creciente de la energía eléctrica tiene un impacto catastrófico para nuestro ecosistema. Como sociedad, debemos concienciarnos y apostar por fuentes de energías renovables que hagan menos daños al medioambiente, tanto en su producción como en su consumo.
Alineada a esta temática se viene planteando el cambio del uso de unidades vehiculares a base de gasolina por las unidades eléctricas, sin embargo la movilidad eléctrica, no resuelve el problema, hay que bajar el número de unidades, para que no se consuma tanta energía yla movilidad debe ser pensada para evitar grandes desplazamiento de los empleados hacias las áreas de trabajo, o bien las empresas deben ir pensando en permitir el formato que nos vimos obligados a implementar durante la pandemia «home office«, para ello, se necesitarán tomar nuevas medidas como la adopción de tecnologías integradas y la adopción de nuevas estrategias de comunicación interna.
Según datos de Adobe, durante la pandemia, hasta un 67% de los trabajadores a nivel mundial implementaron este nuevo esquema de trabajo, reportando experiencias positivas y grandes beneficios para las empresas.
Los empleados reportaron mayor efectividad en sus labores y las empresas ahorraron en gastos operativos, lo cual representó un mejor retorno de la inversión (ROI).
Y con el avance en su implementación, países como México, incluso legislaron en materia de home-office, incluyendo nuevas disposiciones en la ley con respecto a: gastos operativos que la empresa debe de reconocer a sus trabajadores, así como la adecuación de espacios de trabajo y servicios de tecnología de comunicación e información (TIC).
Según datos de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, en México el 70% de las labores empresariales podrían realizarse fuera de la sede de las empresas utilizando las tecnologías de la información y comunicación (TIC). Sin embargo, esto no implica que todos los sectores conserven esta modalidad de trabajo.
Luis Sánchez, Managing Director en Cushman & Wakefield México, aduce que una vez superada la pandemia, las oficinas seguirán siendo irremplazables y solo evolucionarán para adaptarse a las nuevas necesidades de las empresas, construyendo un modelo “híbrido” entre trabajo remoto y trabajo en la oficina.
Con estos datos en mente, la tendencia parece ser un sistema mixto que identifique las labores necesarias a realizar en la oficina y aquellas que se puedan ejecutar desde casa.
De hecho, según una encuesta de la firma KPGM, un 90% de las empresas está considerando la creación de esquemas flexibles que combinen «home-office» con trabajo en oficinas.
De acuerdo con un estudio realizado por Adobe, las organizaciones recurrirán a los procesos digitales de manera exclusiva, especialmente los equipos de ventas, marketing, recursos humanos y finanzas. Destacan las tecnologías de gestión y uso compartido como las firmas electrónicas, CLM, y aquellas de colaboración y automatización.
Recomendación: Cambio Climático y biodiversidad: acciones urgentes. Julia Carabias
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